Saludos
a todos, amigos.
Empecemos
por unificar conceptos de tal manera que todos entendamos la referencia, MIPyME significa: MIcroempresa, Pequeña empresa y Mediana
empresa.
Para
dar respuesta al interrogante que se plantea como título del blog, podemos
afirmar de manera sencilla que pertenecen a esta clasificación, todas las
empresas, negocios o emprendimientos dedicados a la fabricación y/o
comercialización de productos finales, semi terminados o materias primas, con
fines de lucro; y que poseen unas dimensiones o características que son
definidas por la autoridad competente que rige en cada Estado.
Para
el caso de mi país (Colombia) por ejemplo, el Ministerio de industria y
comercio, a través de la promulgación de la Ley 590 del año 2000 y la Ley 905
del año 2004, han definido la clasificación de las empresas de acuerdo con el
número de empleados que tienen y las ventas anuales logradas, calculadas
tomando como referencia el Salario Mínimo Mensual Legal Vigente (SMMLV).
Quizá
entonces el primer interrogante sería: ¿Y acaso las empresas de servicios no
están siendo consideradas dentro de esta clasificación?, y la respuesta es sí.
Toda unidad de negocio que se emprenda
con fines de lucro, queda cobijada por esta norma, con lo cual muchos
emprendimientos digitales, startups o compañías de base tecnológica (spin-off),
también quedan categorizadas.
Merecería un capítulo aparte para su amplia discusión, casos muy particulares
que muchas veces parecieran no enmarcados o por fuera de clasificación; y es
que en nuestra geografía también se habla con regularidad de fami empresas y empresas unipersonales.
Lo
cierto es que ya no se trata de excepciones porque son circunstancias altamente
recurrentes. En economías emergentes es
común encontrar al núcleo familiar trabajando en un emprendimiento propio que
les provee su medio de subsistencia, en el que participan no sólo padre, madre
e hijos, sino también familiares muy cercanos que son invitados a participar
dada la difícil situación de desempleo.
Y
el caso de las unipersonales que hoy día tienden a multiplicarse gracias a los
avances tecnológicos que proveen las TIC’S (Tecnologías de la información y las
comunicaciones), donde muchos profesionales deciden trabajar por cuenta propia.
Es el caso de personal de la salud, abogados, contadores, diseñadores
(free-lance), publicistas, artistas, artesanos, consultores, asesores y especialistas.
Pero
es menester aclarar para el tema que nos ocupa, que estas unidades productivas
también quedan enmarcadas según los parámetros de la tabla anteriormente
descrita.
Lo
cierto es que estadísticamente los datos registrados en las fuentes encargadas
de censar estas situaciones, tienen información que podría presentar enormes
desviaciones frente a la realidad, lo que da paso a otro tipo de
consideraciones como la formalidad o la informalidad del empleo, que atenta
directamente contra la eficacia de los beneficios sociales que el Estado está
en obligación de garantizar a todos los ciudadanos, como principios básicos
fundamentales, según la carta constitucional vigente de muchos países.
Esos
serán temas a abordar en otros capítulos.
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