viernes, 28 de octubre de 2016

¿POR QUÉ FRACASAN LAS MIPYMES?

Saludos amigos,
El tema de hoy despierta el interés de todos los emprendedores sin duda. Si consideramos que cada una de las empresas puede resultar ser un mundo completamente diferente, luego sería jactancioso atreverse a afirmar que mis opiniones se aplican a cualquiera de los casos.
Luego es menester aclarar que las declaraciones aquí manifiestas, derivan única y exclusivamente de las experiencias que he podido recoger después de acompañar a múltiples empresarios en sus unidades de negocio.
Se ha vuelto común denominador que los emprendedores o empresarios aluden en primera instancia a esgrimir argumentos para justificar sus no deseables resultados, basados en condiciones exógenas que no han jugado a su favor, y sin duda es cierto, pero solo parcialmente, porque cuando se examina la situación con mayor detalle, encontramos causas más incidentes en los resultados que se están consiguiendo, y estas se hallan al interior de la organización, veamos:
Lo primero que es necesario considerar, es que una buena parte de los emprendimientos nacen por la necesidad de subsistencia, circunstancia que juega en contra cuando lo que se desea es crecer y dar rentabilidad.
Para lograr estos objetivos se hace necesario invertir en investigación y desarrollo, conocer muy bien tanto el producto y/o servicio, como al cliente al que va dirigido, desarrollar un plan de negocio que contenga un plan estratégico y contar con el conocimiento necesario para dirigir integralmente la operación del negocio.
Luego de un buen diseño de producto y/o servicio, el siguiente paso es procurar un proceso de producción o de servucción, según sea el caso, que aproveche todas las potencialidades a mano y maximice el empleo de los recursos. Hasta ahí habremos recorrido las 2/3 partes del camino que aunque no es garantía de éxito, sin duda, nos estaremos dirigiendo en esa dirección.
La tercera parte faltante la completa el equipo de trabajo que debiera estar integrado por personal competente con más actitud que aptitud; y he ahí el meollo del asunto, no es solo cuestión de ganas o voluntad o como le quieran llamar, es cuestión de ser, servir y saber hacer. A esto último, lo llamo yo pasión!.

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Los invito a ver con atención el vídeo y quedo atento a sus comentarios.

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